Lo del ingreso de la fuerza pública al campus universitario de la mas destacada Institución educativa del país contradice la normatividad que protege la autonomía universitaria. Es claro que obstaculizar al rector no es correcto ya que en la Universidad no es necesario salir de las instancias ideológicas o de los múltiples escenarios de la palabra, pero por lo leido en las versiones de los asistentes, el rector en medio de un foro presupuestal optó por darle la espalda al auditorio como respuesta a una de las inquietudes presupuestales, y seguidamente el abandonar el recinto y a sus preguntas aún sin respuesta antes de que el foro fuera clausurado. El tema como raro es presupuestal, un tema tan delicado en estos días en que palabras como agro ingreso seguro hablan de lo mismo. Argumentar secuestro ante una petición pacífica de la comunidad respecto a algo que resulta ser una función básica del máximo administrador de la institución, es ingenuo pero mas ingenuo es que haya terminado el encuentro sin un ápice de previsión, sin proyectar un efecto no menos que lógico para la actuación de alguien al que el estado le paga para que cumpla tal función.
Recuerdo un "secuestro" que el presidente Uribe tuvo que sufrir en la Universidad de los Andes donde luego de salir abucheado de la inauguración del último edificio de la prestigiosa institución, su automóvil, al igual que el de Basserman fuera bloqueado por estudiantes acostados en la vía en señal de protesta por las irregularidades gubernamentales a las que no quizo dar respuesta en el debate propuesto minutos antes. En este caso occurrió algo bien particular, las fuerzas policiales eran retadas por los mismos estudiantes quienes al ver asomos de actitud violenta en los uniformados, esgrimían su apellido o el influyente cargo político ó militar de sus familiares y allegados. Como era de esperarse, ningún estudiante fué agredido y el señor presidente tuvo que esperar un buen tiempo a que la manifestación se disolviera, lo que no es de extrañar es que cosas como estas no hayan sido publicadas en ningún medio de comunicación y que para las fuerzas públicas, como para el gobierno, quede de manifiesto y comprobado sobre las arenas de lo fáctico, que en Colombia los principios constitucionales y la democracia deben violarse cuando la ineptitud gubernamental queda al descubierto.
“Las instituciones educativas son un centro de conocimiento, de búsqueda de soluciones y muchas veces la Policía no entiende la posición crítica del estudiantado”.
Lo del ingreso de la fuerza pública en la Universidad es un acto de irresponsabilidad por parte del presidente quien pasara por encima de la orden dictada por el distrito de no ingresar al claustro y diera el visto bueno para que la operación si se efectuara.
Por lo que leo del
discurso del presidente, el que salga diciendo que alrededor del automovil se encontraban personas ajenas a la Universidad deja en el ambiente un halo como que apunta a una palabra: infiltrados, palabra que en este momento sirve de herramienta para acercar a las personas a la realidad interna de la Universidad pública colombiana. Es cierto que en las Universidades han habido inflitrados, pero no solo guerrilleros, en estas instituciones también hay inflitrados del paramilitarismo y de la fuerza pública, lo que hace que exista un equilibrio tácito dentro del claustro e inclusive un ambiente de desconfianza cuando de asuntos políticos se trata, ya que todo infiltrado protege su identidad como a su vida, es esto apenas lógico, esperable. Por eso mismo el tema de los infiltrados dentro de la Universidad es como un mito urbano, o como el cuento de las brujas, ya que nadie ha visto uno, pero de que los hay los hay. Mientras uno no se encuentre vinculado con algún movimiento político, la vida universitaria transcurre tranquila, tal y como se haría en cualquier Universidad del mundo y por eso mismo muchos estudiantes han optado por no ingresar a las filas de los movimientos, hay abstencionismo y poca participación en los procesos democráticos.
Los múltiples asesinatos y desapariciones de líderes estudiantiles, sindicales y administrativos durante tooooda la historia universitaria colombiana comprueban el hecho de que en las reuniones haya alguien que informe sobre lo dicho, afortunadamente durante mi permanencia en la universidad, no he tenido que escuchar de cosas tan graves, en realidad las cosas diariamente se desenvuelven con mucha pacificidad.
En la Universidad existen grupos políticos que persiguen el control de la institución, eso es normal, esos grupos son conformados por estudiantes, trabajadores y administrativos, sin esos grupos la universidad no tendría posibilidad de existir y sin esa competencia no se podría pensar en buenas gestiones o en la denuncia de corrupción interna; existen grupos con tantos visos ideológicos como los vistos a nivel nacional en cualquier comisio electoral, y es natural que todos los grupos realizen investigaciones en los archivos de los candidatos y de sus seguidores para buscar el talón de Aquiles de la oposición, lo que en no menos de una ocasión ha fructificado en la detección de los mencionados casos de infiltración.
En la Universidad hay grupos de toda clase que proclaman su ideología y que por lógica buscan mas adeptos, pero uno inclusive tiene la libertad de no pertenecer a ninguno y llevar una vida tranquila dentro de la institución. Pero mostrar, como los medios de comunicación lo han hecho con eventos como la manifestación de los encapuchados en la Universidad Distrital es ingenuo, ¡¡descubrieron que el agua moja!! y, además omitieron el que estas cosas siempre hayan ocurrido desde hace mas de 40 años en estos mismos escenarios. La falta mas grave de los medios de comunicación es omitir que el debate, la agrupación y la organización de esas agrupaciones son cosas que en la Universidad no solo van a seguir ocurriendo sino que además, es necesario que sigan ocurriendo! la expresión de la ideología en el escenario de la palabra, generan crecimiento, desarrollo, inquietud, investigación, creación y riqueza. Muchos de los estudiantes encapuchados se encuentran en la obligación de hacerlo para proteger la integridad física no solo propia sino la de sus amigos.
Hay mamertos en los Andes, en el Rosario y en la Javeriana y sorprendase: hay ultraderecha en la Distrital, en la Nacional y en la Pedagógica. Cuando tengo el gusto de encontrarmelos, les debato con agudeza por que también he percibido los resultados de esta actividad: fortaleza en la arena discursiva. Doy gracias ya que si no fuera por esto, no habría posibilidad de soñar con un mundo mejor y la humanidad tal vez cometiera el error de asumir el estupídisimo pensamiento de que todo ya ha sido dicho, hecho y acabado, posición por cierto que con todo su ahinco los medios de comunicación tratan de sembrar en la opinión pública, ya que si fuera por ellos, no debería existir ningún otro punto de vista ni ninguna voz que contradijera las barbaridades que informan a diario. Ojalá las personas que atacan la Universidad pública supieran estas cosas y no dejaran de una forma tan precaria su ignorancia expuesta ante los que le escuchen, y mi consejo para los que aún no se han convencido, es que hay formas menos dolorosas de hacer el ridículo. Escandalizarse como hace un tiempo lo haría la ignorante senadora Parody, es algo que no ha dejado de producirme gracia y me hace pensar en la clase de personas que ocupan cargos tan importantes en Colombia. Espero que en las proximas elecciones los sufragantes hayan evaluado su tendencia electoral en función de haber optado por alguien que ha demostrado omitir cosas que de antemano en la educación política son como las sumas en las matemáticas: básicas.