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miércoles, octubre 30, 2013

Cierre de facebook y twitter

Los confesionarios de las iglesias en los pueblos le daban el poder al sacerdote para que se enterara de TODO lo que ocurría por debajo de cuerda (infidelidades, robos y todo tipo de faltas y suculentos pecadillos estratégicos), lo que obviamente le facultaba al "lider" religioso para obtener favores, amistades y llegar inclusive a chantajear ó mover fichas metódicamente dentro de esa sociedad, para beneficio propio, claro. ESO JUSTAMENTE ES FACEBOOK. Un agente de la CIA (Edward Snowden) revela que facebook/twitter/skype/gmail/hotmail son en realidad herramientas de espionaje masivo de la CIA y pone en jaque a los EEUU; esta semana revelan también que la canciller Angela Merkel tenía sus comunicaciones chuzadas y Alemania amenaza con expulsar diplomáticos norteamericanos de su país. Latinoamérica no se quedó atrás, varios gobiernos fueron también chuzados, Brasil puso el grito en el principal estrado de la ONU y Colombia, uno de los más afectados, como raro, guardó silencio, y saben? creo que no está bien que las cosas queden así. Si los gobernantes de este país son unos mediocres/ignorantes no me encuentro en obligación de ser igual. Me dió ira, decidí cerrar.

Hubo un tiempo en que internet era una especie de espacio underground, lleno de información seleccionada (por no decir que exclusiva), enriquecida, y, como casi todo en tecnología le tuvo que llegar su tiempo de la masificación, el tiempo en donde lo valioso quedara al lado de un meme ó de tanto correo y mensaje basura. La mayoría de las redes sociales expresan tendencias, no información que valga la pena, contadísimas cosas con la capacidad de trascender. Ahora, no todo es malo, lo que se perdió en puntualidad tuvo también una ganancia, sin duda estas herramientas se han convertido en objetos de difusión masiva (muy masiva) de aprendizaje y de debate lo que en última instancia tiene que ver con el fortalecimiento de nuestras redes, y creo que eso hace que valga la pena este lugar; la volví a pensar, creo que si, lo del espionaje es una cosa indignante, pero se puede poner nuestra información estratégica y privada en otros lugares, esto tiene que ver con descentralizar a facebook y twitter, esa es la tendencia, ese es un primer paso, es necesario un nuevo pivote: así que emprendí la busqueda y en eso, encontré cosas mejores que las herramientas estas de la CIA en mención. Desconecté facebook de twitter, el camino ahora es otro.

Internet es de la gente, y es ahí, en las gentes y su conciencia en donde radica la posibilidad de una verdadera democracia. Por esa sola razón me quedo, pero hay cambios, y aunque parecieran imperceptibles son significativos. Se hará difusión pero no más debate, no por ahí. Tenemos un medio que vigila y graba hasta las conversaciones íntimas con nuestros seres queridos, pero mas allá de eso es un lugar en donde porfín son masivas las protestas y denuncias que tan solo una década atrás quedaban, aparte de impunes, en el desconocimiento de la gente. Hay que reconocer, que hoy al menos solo quedan impunes, pero que ya no es tán facil para los infractores el infringir. Hay un avance, pero tampoco se puede dar la espalda, hay mucho por hacer!. El conservatismo colombiano e internacional han demostrado lo fácil que es inyectar odio y confusión en la gente y definitivamente a eso no se le puede dar la espalda. Hay un cáncer que hay que extirpar de nuestra casa, ó bien sea darle imposibilidad discursiva, haya que enfrentar lo que sea.


lunes, octubre 14, 2013

Amen los animalitos

Son gimnasios para el alma, oportunidades para desarrollar compasión y afecto.


Si somos tan supuestamente superiores ¿tenemos la suficiente inteligencia y tecnología para proveernos alimento y respetar la vida de seres que tienen la capacidad de brindar afecto?


miércoles, septiembre 11, 2013

Máquina del tiempo.


Como moscas
una docena de aviones bombarderos rodeaban el cielo del palacio presidencial, aguardaban la orden internacional para activar el botón y destruirlo;
frente a la puerta principal, los megafonos de los militares reventaban en amenazas para que los ocupantes abandonaran el lugar mientras simultáneamente disparaban a lo que se moviera.
Dentro de palacio, resistencia poca por no decir que nula
a decir verdad,
los muros y un par de rifles era todo lo que había
y ahí en la mitad del fuego
un discurso
las últimas palabras de un hombre titánico, uno de esos de la talla de Jorge Eliecer Gaitán.

Se abren los micrófonos
radio magallanes,
un presidente legítimo, amado, se dirige a su pueblo en una sentida despedida,
serian sus últimas palabras
las últimas aunque no lo quisieran los millones de hogares que aún lo contemplaban como su esperanza
como el hombre ejemplar, inteligente y noble que soñó ver a su país en lo más alto de todos los podios.
Sonaban los aviones cada vez mas bajo,
las gentes
en sus casas
expectantes
escuchaban a su lider,
dejaron de ponerle atención a los vidrios que se rompían y a las balas que ya surcaban Santiago hasta alcanzar a cientos, miles de inocentes,
la misma gente que confió en el sueño de un Chile inmenso, un estado basado sobre la justicia social y un verdadero progreso que ya se realizaba y por eso mismo la CIA le mató.

No es cuento, esto pasó de verdad.

Queda aquí en mi humilde opinión,
uno de los discursos mas sentidos, valientes y hermosos que haya podido interpretar alguien,
uno de esos motivos para ver mas allá de nuestras fronteras y vernos como una sola nación,
como un solo estado.

Escribo esto desde Colombia - Estado miembro de la Unión Latinoamericana, Saludo a mis hermanos chilenos en la conmemoración de los 40 años de su 11 de septiembre,
estas son las palabras de Salvador Allende, "La historia es nuestra y la hacen los pueblos."
las palabras finales de un hombre capaz de morir por sus ideales:





lunes, julio 29, 2013

Buen viaje!

A quien me guiara por entre los fascinantes misterios que Pitágoras dilucidara incansable entre sus madrugadas, a uno de mis impulsores hacia la ingeniería.

Cuanto agradecimiento y fortuna he tenido al compartir con un Maestro de tamaña categoría. A un luchador, a un visionario, a un hombre que me inculcó que la visión social, la técnica, la ciencia, la filosofía, la política y la humanidad han de ir equilibrados en la existencia para la integridad. Siendo un estudiante consagrado, al que me rajara por primera vez en la vida y en cada nueva prueba me exigiera otra de una más alta dificultad, sin descuidar una paciente explicación; Eso posteriormente sería luz y fortaleza para mi camino. A quien me enseñara el principio humano de que en 9 meses son dos los embarazados. A uno de esos que me encendiera la fé de la realización de un país digno, inmenso y posible bajo la premisa de creer en nuestra propia inteligencia, la cual forjada en la constancia ha de ser puesta al nivel de los más grandes, para superarlos, por que sépanlo, de un lugar como este inmenso Macondo, es perfectamente posible la genialidad.

A quien le escuchara por primera vez un discurso político con tanto sentimiento y despertara mi atención hacia eso.

A uno de esos cardionautas de esperanza indoblegable. A un amigo, al grandote que tomara el tiquete sin regreso a otro sector del universo, y nos dejara tantas cosas mas allá de las ecuaciones y los números, buen viaje Maestro David Salvador Parada. Gracias por todo.




sábado, julio 20, 2013

GABO Y EL ALMA COLOMBIANA.

Cursaba aún el bachillerato cuando este texto llegó a mis ojos, me prometí leer la obra del Nobel, me lo cumplí; una vez lo leyera, se daría entonces un giro en mi visión, en mi forma de entender a Colombia. Hay personas que se creen muy Colombianas por que gritan a rabiar un gol de la selección colombia pero simultaneamente ignoran su propia historia, niegan su fisonomía, su propio folclor y la inmensa fortaleza cultural de esta tierra; me atrevería a decir que esos patrioteristas (enemigos de Colombia), ni siquiera habrán puesto en sus manos los cien años de soledad, por seguramente haber preferido ver ese noticiero que los hace sentir tan "Colombianos", y saben? se necesita mas que tener cédula ó haber sido parido aquí para serlo.

Hoy, en el día de la "indepencia" dejo a sus ojos este texto hermoso escrito por nuestro Nobel, espero enriquezca su mirada tanto ó más que la mía cuando lo encontrara. Aquí en estos renglones hay una parte de ti, de tu alma, de tu casa, Colombiano, Latinoamericano.


LOS PRIMEROS ESPAÑOLES QUE VINIERON al Nuevo Mundo vivían aturdidos por el canto de los pájaros, se mareaban con la pureza de los olores y agotaron en pocos años una especie exquisita de perros mudos que los indígenas criaban para comer. Muchos de ellos, y otros que llegarían después, eran criminales rasos en libertad condicional, que no tenían más razones para quedarse. Menos razones tendrían muy pronto los nativos para querer que se quedaran.

Cristóbal Colón, respaldado por una carta de los reyes de España para el emperador de China, había descubierto aquel paraíso por un error geográfico que cambió el rumbo de la historia. La víspera de su llegada, antes de oír el vuelo de las primeras aves en la oscuridad del ocèano, había percibido en el viento una fragancia de flores de la tierra que le pareció la cosa más dulce del mundo. En su diario de a bordo escribió que los nativos los recibieron en la playa como sus madres los parieron, que eran hermosos y de buena índole, y tan cándidos de natura, que cambiaban cuanto tenían por collares de colores y sonajas de latón. Pero su corazón perdió los estribos cuando descubrió que sus narigueras eran de oro, al igual que las pulseras, los collares, los aretes y las tobilleras; que tenían campanas de oro para jugar, y que algunos ocultaban sus verguenzas con una cápsula de oro. Fue aquel esplendor ornamental, y no sus valores humanos, lo que condenó a los nativos a ser protagonistas del nuevo Génesis que empezaba aquel día.

Muchos de ellos murieron sin saber de dónde habían venido los invasores. Muchos de éstos murieron sin saber dónde estaban. Cinco siglos después, los descendientes de ambos no acabamos de saber quiénes somos.

Era un mundo más descubierto de lo que se creyó entonces. Los incas, con 10 millones de habitantes, tenían un estado legendario bien constituido, con ciudades monumentales en las cumbres andinas para tocar al dios solar. Tenían sistemas magistrales de cuenta y razón, y archivos y memorias de uso popular, que sorprendieron a los matemáticos de Europa, y un culto laborioso de las artes públicas, cuya obra magna fue el jardín del palacio imperial, con árboles y animales de oro y plata en tamaño natural. Los aztecas y los mayas habían plasmado su conciencia histórica en pirámides sagradas entre volcanes acezantes, y tenían emperadores clarividentes y artesanos sabios que desconocían el uso industrial de la rueda, pero la utilizaban en los juguetes de los niños.

En la esquina de los dos grandes océanos se extendían 40.000 leguas cuadradas que Colón entrevió apenas en su cuarto viaje, y que hoy lleva su nombre: Colombia. Lo habitaban desde hacía unos 12.000 años varias comunidades dispersas de lenguas diferentes y culturas distintas, y con sus identidades propias bien definidas. No tenían una noción de Estado, ni unidad política entre ellas, pero habían descubierto el prodigio político de vivir como iguales en las diferencias. Tenían sistemas antiguos de ciencia y educación, y una rica cosmología vinculada a sus obras de orfebres geniales y alfareros inspirados. Su madurez creativa se había propuesto incorporar el arte a la vida cotidiana -que tal vez sea el destino superior de las artes- y lo consiguieron con aciertos memorables, tanto en los utensilios domésticos como en el modo de ser. El oro y las piedras preciosas no tenían para ellos un valor de cambio sino un poder cosmológico y artístico, pero los españoles los vieron con los ojos de Occidente: oro y piedras preciosas de sobra para dejar sin oficio a los alquimistas y empedrar los caminos del cielo con doblones de a cuatro. Esa fue la razón y la fuerza de la Conquista y la Colonia, y el origen real de lo que somos.

Tuvo que transcurrir un siglo para que los españoles conformaran el estado colonial, con un solo nombre, una sola lengua y un solo dios. Sus límites y su división política de 12 provincias eran semejantes a los de hoy. Esto dio por primera vez la noción de un país centralista y burocratizado, y creó la ilusión de una unidad nacional en el sopor de la Colonia. Ilusión pura, en una sociedad que era un modelo oscurantista de discriminación racial y violencia larvada, bajo el manto del Santo Oficio. Los tres o cuatro millones de indios que encontraron los españoles estaban reducidos a un millón por la crueldad de los conquistadores y las enfermedades desconocidas que trajeron consigo. Pero el mestizaje era ya una fuerza demográfica incontenible. Los miles de esclavos africanos, traídos por la fuerza para los trabajos bárbaros de minas y haciendas, habían aportado una tercera dignidad al caldo criollo, con nuevos rituales de imaginación y nostalgia, y otros dioses remotos. Pero las leyes de Indias habían impuesto patrones milimétricos de segregación según el grado de sangre blanca dentro de cada raza: mestizos de distinciones varias, negros esclavos, negros libertos, mulatos de distintas escalas. Llegaron a distinguirse hasta 18 grados de mestizos, y los mismos blancos españoles segregaron a sus propios hijos como blancos criollos.

Los mestizos estaban descalificados para ciertos cargos de mando y gobierno y otros oficios públicos, o para ingresar en colegios y seminarios. Los negros carecían de todo, inclusive de un alma; no tenían derecho a entrar en el cielo ni en el infierno, y su sangre se consideraba impura hasta que fuera decantada por cuatro generaciones de blancos. Semejantes leyes no pudieron aplicarse con demasiado rigor por la dificultad de distinguir las intrincadas fronteras de las razas, y por la misma dinámica social del mestizaje, pero de todos modos aumentaron las tensiones y la violencia raciales. Hasta hace pocos años no se aceptaban todavía en los colegios de Colombia a los hijos de uniones libres. Los negros, iguales en la ley, padecen todavía de muchas discriminaciones, además de las propias de la pobreza.

La generación de la Independencia perdió la primera oportunidad de liquidar esa herencia abominable. Aquella pléyade de jóvenes románticos, inspirados en las luces de la Revolución Francesa, instauró una república moderna de buenas intenciones, pero no logró eliminar los residuos de la Colonia. Ellos mismos no estuvieron a salvo de su hados maléficos. Simón Bolívar, a los 35 años, había dado la orden de ejecutar 800 prisioneros españoles, inclusive a los enfermos de un hospital. Francisco de Paula Santander, a los 28, hizo fusilar a los prisioneros de la batalla de Boyacá, inclusive a su comandante. Algunos de los buenos propósitos de la república propiciaron de soslayo nuevas tensiones sociales de pobres y ricos, obreros y artesanos y otros grupos marginales. La ferocidad de las guerras civiles del siglo XIX no fue ajena a esas desigualdades, como no lo fueron las numerosas conmociones políticas y civiles que han dejado un rastro de sangre a lo largo de nuestra historia. Dos dones naturales nos han ayudado a sortear ese sino funesto, a suplir los vacíos de nuestra condición cultural y social, y a buscar a tientas nuestra identidad. Uno es el don de la creatividad, expresión superior de la inteligencia humana. El otro es una arrasadora determinación de ascenso personal. Ambos ayudados por una astucia casi sobrenatural, y tan útil para el bien como para el mal, fueron un recurso providencial de los indígenas contra los españoles desde el día mismo del desembarco. Para quitárselos de encima, mandaron a Colón de isla en isla, siempre a la isla siguiente, en busca de un rey vestido de oro que no había existido nunca. A los conquistadores convencidos por las novelas de caballería los engatusaron con descripciones de ciudades fantásticas construidas en oro puro. A todos los descaminaron con la fábula de El Dorado mítico que una vez al año se sumergía en su laguna sagrada con el cuerpo empolvado de oro. Tres obras maestras de una epopeya nacional, utilizadas por los indígenas como un instrumento para sobrevivir. Tal vez de esos talentos precolombinos nos viene también una plasticidad extraordinaria para asimilarnos con rapidez a cualquier medio y aprender sin dolor los oficios más disímiles: fakires en la India, camelleros en el Sáhara o maestros de inglés en Nueva York.

Del lado hispánico, en cambio, tal vez nos venga el ser emigrantes congénitos con un espíritu de aventura que no elude los riesgos. Todo lo contrario: los buscamos. De unos cinco millones de colombianos que viven en el exterior, la inmensa mayoría se fue a buscar fortuna sin más recursos que la temeridad, y hoy están en todas partes, por las buenas o por las malas razones, haciendo lo mejor o lo peor, pero nunca inadvertidos. La cualidad con que se les distingue en el folclor del mundo entero es que ningún colombiano se deja morir de hambre. Sin embargo, la virtud que más se les nota es que nunca fueron tan colombianos como al sentirse lejos de Colombia.

Así es. Han asimilado las costumbres y las lenguas de otros como las propias, pero nunca han podido sacudirse del corazón las cenizas de la nostalgia, y no pierden ocasión de expresarlo con toda clase de actos patrióticos para exaltar lo que añoran de la tierra distante, inclusive sus defectos. En ciudades menos pensadas de cualquier país puede encontrarse a la vuelta de una esquina la reproducción en vivo de una calle cualquiera de Colombia: las casas de colores intensos, la fonda con el nombre de la ciudad amada, el salón de cine en español, la escuela 20 de Julio junto a la cantina 7 de Agosto con sus chorros de músicas enloquecidas, la plaza de árboles polvorientos todavía con las guirnaldas de papel del último viernes fragoroso.

La paradoja es que estos conquistadores nostálgicos, como sus antepasados, nacieron en un país de puertas cerradas. Los libertadores trataron de abrirlas a los nuevos vientos de Inglaterra y Francia, a las doctrinas jurídicas y éticas de Bentham, a la educación de Lancaster, al aprendizaje de las lenguas, a la popularización de las ciencias y las artes, para borrar los vicios de una España más papista que el papa y todavía escaldada por el acoso financiero de los judíos y por 800 años de ocupación islámica. Los radicales del siglo XIX, y más tarde la Generación del Centenario, volvieron a proponérselo con políticas de inmigraciones masivas para enriquecer la cultura del mestizaje, pero unas y otras se frustraron por un temor casi teológico de los demonios exteriores. Aun hoy estamos lejos de imaginar cuánto dependemos del vasto mundo que ignoramos.

Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan. Nos han escrito y oficializado una versión complaciente de la historia, hecha más para esconder que para clarificar, en la cual se perpetúan vicios originales, se ganan batallas que nunca se dieron y se sacralizan glorias que nunca merecimos. Pues nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que Colombia termine por parecerse a su historia escrita.

Por lo mismo, nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los niños se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan. Semejante despropósito restringe la creatividad y la intuición congénitas, y contraría la imaginación, la clarividencia precoz y la sabiduría del corazón, hasta que los niños olviden lo que sin duda saben de nacimiento: que la realidad no termina donde dicen los textos, que su concepción del mundo es más acorde con la naturaleza que la de los adultos, y que la vida sería más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que le gusta, y sólo en eso.

Esta encrucijada de destinos ha forjado una patria densa e indescifrable donde lo inverosímil es la única medida de la realidad. Nuestra insignia es la desmesura. En todo: en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el odio, en el júbilo de un triunfo y en la amargura de una derrota. Destruimos a los ídolos con la misma pasión con que los creamos. Somos intuitivos, autodidactas espontáneos y rápidos, y trabajadores encarnizados, pero nos enloquece la sola idea del dinero fácil. Tenemos en el mismo corazón la misma cantidad de rencor político y de olvido histórico. Un éxito resonante o una derrota deportiva pueden costarnos tantos muertos como un desastre aéreo. Por la misma causa somos una sociedad sentimental en la que prima el gesto sobre la reflexión, el ímpetu sobre la razón, el calor humano sobre la desconfianza. Tenemos un amor casi irracional por la vida, pero nos matamos unos a otros por las ansias de vivir. Al autor de los crímenes más terribles lo pierde una debilidad sentimental. De otro modo: al colombiano sin corazón lo pierde el corazón.

Pues somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad. Aunque somos precursores de las ciencias en América, seguimos viendo a los científicos en su estado medieval de brujos herméticos, cuando ya quedan muy pocas cosas en la vida diaria que no sean un milagro de la ciencia. En cada uno de nosotros cohabitan, de la manera más arbitaria, la justicia y la impunidad; somos fanáticos del legalismo, pero llevamos bien despierto en el alma un leguleyo de mano maestra para burlar las leyes sin violarlas, o para violarlas sin castigo. Amamos a los perros, tapizamos de rosas el mundo, morimos de amor por la patria, pero ignoramos la desaparición de seis especies animales cada hora del día y de la noche por la devastación criminal de los bosques tropicales, y nosotros mismos hemos destruido sin remedio uno de los grandes ríos del planeta. Nos indigna la mala imagen del país en el exterior, pero no nos atrevemos a admitir que la realidad es peor. Somos capaces de los actos más nobles y de los más abyectos, de poemas sublimes y asesinatos dementes, de funerales jubilosos y parrandas mortales. No porque unos seamos buenos y otros malos, sino porque todos participamos de ambos extremos. Llegado el caso -y Dios nos libre- todos somos capaces de todo.

Tal vez una reflexión más profunda nos permitiría establecer hasta qué punto este modo de ser nos viene de que seguimos siendo en esencia la misma sociedad excluyente, formalista y ensimismada de la Colonia. Tal vez una más serena nos permitiría descubrir que nuestra violencia histórica es la dinámica sobrante de nuestra guerra eterna contra la adversidad. Tal vez estemos pervertidos por un sistema que nos incita a vivir como ricos mientras el 40 por ciento de la población malvive en la miseria, y nos ha fomentado una noción instantánea y resbaladiza de la felicidad: queremos siempre un poco más de lo que ya tenemos, más y más de lo que parecía imposible, mucho más de lo que cabe dentro de la ley, y lo conseguimos como sea: aun contra la ley. Conscientes de que ningún gobierno será capaz de complacer esta ansiedad, hemos terminado por ser incrédulos, abstencionistas e ingobernables, y de un individualismo solitario por el que cada uno de nosotros piensa que sólo depende de sí mismo. Razones de sobra para seguir preguntándonos quiénes somos, y cuál es la cara con que queremos ser reconocidos en el tercer milenio.

La Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo no ha pretendido una respuesta, pero ha querido diseñar una carta de navegación que tal vez ayude a encontrarla. Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética -y tal vez una estética- para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalive hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños.
 


miércoles, julio 03, 2013

Sobre la dignidad en el trabajo y el amar lo que se hace :)


miércoles, junio 26, 2013

Educación y desarrollo humano integral.

Encontré esta entrevista con unos contenidos claves, los pongo aquí para ustedes ya que ellos son luz, compañía y fortaleza en nuestro camino. 


Claudio Naranjo ha dedicado su vida a la investigación y a la docencia en Universidades como Hardvard y Berkeley. Ha fundado el programa SAT, una integración de la terapia Gestalt, el Eneagrama y la Meditación para enriquecer la formación de profesores. En este momento está lanzando un aviso muy contundente: o cambiamos la educación o este mundo se va a pique.

-Dices que para cambiar el mundo hay que cambiar la educación ¿cuál es la problemática de la educación y cuál es tu propuesta?

-La problemática en la educación no es de ninguna manera la que a los educadores les parece que es. Creen que los estudiantes ya no quieren lo que se les ofrece. A la gente se le quiere forzar a una educación irrelevante y se defiende con trastornos de la atención, con desmotivación. Yo pienso que la educación no está al servicio de la evolución humana sino de la producción o más bien de la socialización. Esta educación sirve para domesticar a la gente de generación en generación para que sigan siendo unos corderitos manipulables por los medios de comunicación. Esto es socialmente un gran daño. Se quiere usar la educación como una manera de meter en la cabeza de la gente una manera de ver las cosas que le conviene al sistema, a la burocracia. Nuestra mayor necesidad es la de una educación para evolucionar, para que la gente sea lo que podría ser.

La crisis de la educación no es una crisis más entre las muchas crisis que tenemos, sino que la educación está en el centro del problema. El mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida.

El modelo de desarrollo económico de hoy ha eclipsado el desarrollo de la persona.

-¿Cómo sería una educación para que seamos seres completos?

-La educación enseña a la gente a pasar exámenes, no a pensar por si misma. En un examen no se mide la comprensión, se mide la capacidad de repetir. ¡Es ridículo, se pierde una cantidad tan grande de energía! En lugar de una educación para la información, se necesitaría una educación que se ocupe del aspecto emocional y una educación de la mente profunda. A mi me parece que estamos presos entre una alternativa idiota, que es la educación laica y una educación autoritaria que es la educación religiosa tradicional. Está bien separar Estado e Iglesia pero, por ejemplo en España, han echado por la borda el espíritu como si religión y espíritu fueran la misma cosa. Necesitamos que la educación atienda también a la mente profunda.

-¿Cuándo hablas de espiritualidad y de mente profunda a qué te refieres exactamente?

-Tiene que ver con la conciencia misma. Tiene que ver con aquella parte de la mente de la que depende el sentido de la vida. Se está educando a la gente sin ese sentido. Tampoco es la educación de valores porque la educación de valores es demasiado retórica e intelectual. Los valores deberían ser cultivados a través de un proceso de transformación de la persona y esta transformación está muy lejos de la educación actual.

La educación también tiene que incluir un aspecto terapéutico. Desarrollarse como persona no se puede separar del crecimiento emocional. Los jóvenes están muy dañados afectiva y emocionalmente por el hecho de que el mercado laboral se traga a los padres y ya no tienen disponibilidad para los hijos. Hay mucha carencia amorosa y muchos desequilibrios en los niños. No puede aprender intelectualmente una persona que está dañada emocionalmente.

Lo terapéutico tiene mucho que ver con devolverle a la persona la libertad, la espontaneidad y la capacidad de conocer sus propios deseos. El mundo civilizado es un mundo domesticado y la enseñanza y la crianza son instrumentos de esa domesticación. Tenemos una civilización enferma, los artistas se dieron cuenta hace mucho tiempo y ahora cada vez más los pensadores.

-A la educación parece solo interesarle desarrollar la parte racional de la gente ¿Qué otras cosas podrían desarrollarse?

-Yo pongo énfasis en que somos seres con tres cerebros: tenemos cabeza (cerebro intelectual), corazón (cerebro emocional) y tripas (cerebro visceral o instintivo). La civilización está íntimamente ligada por la toma de poder por el cerebro racional. Con el momento en que los hombres predominaron en el dominio político, unos 6000 años atrás, se instaura esto que llamamos civilización. Y no es solamente el dominio masculino ni el dominio de la razón sino también de la razón instrumental y práctica, que se asocia con la tecnología; es este predominio de la razón instrumental sobre el afecto y sobre la sabiduría instintiva lo que nos tiene tan empobrecidos. La plenitud la puede vivir sólo una persona que tiene sus tres cerebros en orden y coordinados. Desde mi punto de vista necesitamos una educación para seres tri-cerebrados. Una educación que se podría llamar holística o integral. Si vamos a educar a toda la persona, hemos de tener en cuenta que la persona no es solo razón.

Al sistema le conviene que uno no esté tanto en contacto consigo mismo ni que piense por sí mismo. Por mucho que se levante la bandera de la democracia, se le tiene mucho miedo a que la gente tenga voz y tenga conciencia.
La clase política no está dispuesta a apostar por la educación.

-La educación nos sumerge en un mar de conceptos que nos separan de la realidad y nos aprisiona en nuestra propia mente ¿Cómo se puede salir de esa prisión?

-Es una gran pregunta y es una pregunta necesaria en el mundo educacional. La idea de que lo conceptual sea una prisión requiere una cierta experiencia de que la vida es más que eso. Para uno que ya tiene el interés en salir de la prisión de lo intelectual, es muy importante la disciplina de detener la mente, la disciplina del silencio, como se practica en todas las tradiciones espirituales: cristianismo, budismo, yoga, chamanismo… Parar los diálogos internos en todas las tradiciones de desarrollo humano ha sido visto como algo muy importante. La persona necesita alimentarse de otra cosa que conceptos. La educación quiere encerrar a la persona en un lugar donde se la somete a una educación conceptual forzada, como si no hubiera otra cosa en la vida. Es muy importante, por ejemplo, la belleza. La capacidad de reverencia, de asombro, de veneración, de devoción. No tiene que ver necesariamente con una religión o con un sistema de creencias. Es una parte importante de la vida interior que se está perdiendo de la misma manera en que se están perdiendo los espacios bellos de la superficie de la Tierra, a medida que se construye y se urbaniza.

-Precisamente quería preguntarte tu opinión sobre la crisis ecológica que vivimos.

-Es una crisis muy evidente, es la amenaza más tangible de todas. Se puede prever fácilmente que con el calentamiento de la Tierra, con el envenenamiento de los océanos y otros desastres que están pasando, no vamos a poder sobrevivir tantas personas como las que somos ahora.

Estamos viviendo gracias al petróleo y consumimos más recursos de los que la tierra produce. Es una cuenta atrás. Cuando se nos acabe el combustible será un desastre para el mundo tecnológico que tenemos.

La gente a la que llamamos más primitiva como los indígenas tienen una forma de tratar a la naturaleza que no viene del sentido utilitario. En la ecología como en la economía y otras cosas, hemos querido prescindir de la conciencia y funcionar sólo con argumentos racionales y eso nos está llevando al desastre. La crisis ecológica sólo puede pararse con un cambio de corazón, verdadera transformación, que sólo la puede dar un proceso educativo. Por eso no tengo mucha fe ni en las terapias ni en las religiones. Solo una educación holística podría prevenir el deterioro de la mente y del planeta.

-¿Podríamos decir que has encontrado un equilibrio en tu vida a esas alturas?

-Yo diría que cada vez más, aunque no he terminado el viaje. Soy una persona que tiene mucha satisfacción, la satisfacción de estar ayudando al mundo en el que estoy. Vivo feliz, si se puede ser feliz en esa situación trágica en la que estamos todos.

-Desde tu experiencia, tu trayectoria y tu madurez, ¿cómo procesas el hecho de la muerte?

-En todas las tradiciones espirituales se aconseja vivir con la muerte al lado. Hay que hacerse a esa evidencia de que somos mortales y creo que el que toma la muerte en serio no será tan vano. No tienes tanto miedo a cosas pequeñas cuando hay una cosa grande de la cual preocuparte más. Yo creo que la muerte sólo puede superarla uno que en cierto modo muere antes de morir. Uno tiene que morir a la parte mortal, a la parte intrascendente. Los que tienen suficiente tiempo y vocación y que llegan suficientemente lejos en este viaje interior se encuentran tarde o temprano con su verdadero ser. Y ese ser interior o ese ser lo que uno es, es algo que no tiene tiempo y que le da a una persona una cierta paz o un sentido de invulnerabilidad. Estamos muy absortos en nuestra vida cotidiana, en nuestros pensamientos de alegría, tristeza, etc… No estamos en nosotros, no estamos atentos a quien somos. Para eso necesitamos estar muy en sintonía a nuestra experiencia del momento. Esta es la condición humana, estamos viviendo hacia el pasado y el futuro, el aspecto horizontal de nuestra vida. Pero poco atentos a la dimensión vertical de nuestra vida, el aspecto más alto y más profundo, eso es el espíritu y es nuestro ser y la llave para acceder es el aquí y ahora.

A veces vamos en busca del ser y a veces nos confundimos en la búsqueda de otras cosas menos importantes como la gloria.


martes, junio 25, 2013

Latinoamérica




Esta es la canción de tu viaje
es la canción de tu casa,
y dejará ahora de ser una simple canción para cobrar otro significado.

Te diriges al corazón de tu corazón. Abre los ojos, tendrás ahora razones suficientes para darte cuenta por ti mismo lo equivocados que están quienes le bajan la cabeza a un extranjero por simplemente ser extranjero. Uno puede negarlo todo menos su raíz, lo que se ES, lo que ES. Hay un relato de unos 4000 millones de años que explica quienes han sido todos los que han precedido tu existencia. Cristian, estudiando la historia, anda sabiendo que caminas por tierra de VERDADEROS emperadores, Hijos del Sol. El camino te atravesará un búnker de niebla resguardado por las alturas, montañas imponentes, templos de verdadera espiritualidad, la desbordante vida de la selva y la devastadora y sabia desolación del desierto; cetros de oro, observatorios astronómicos, Copas de poder, embajadas intergalácticas, la Fortaleza del chamán, obras de ingeniería puestas en la mitad de la nada (con unas razones muy voladas.. indaga..), y varios de los lugares en donde desembarcaron y aterrizaron dioses. Vé y encuentra todo eso que los españoles fracasaron en arrasar. Se necesitaban unas 34567898765432345678 invasiones mas sanguinarias para borrarnos de la faz de la tierra, y eso, por que hay cosas indestructibles. Vé y mira con tus propios ojos y lleva en tu conciencia el ser parte de la América invencible! Eso llevas en tus venas mi hermano del alma, entiende ese poder, compréndelo, y atesóralo por que de ahí surge el amar, base de la mas radiante y explosiva valentía, y hablo del amar, no del odio ó del miedo como lo piensan y lo sienten y lo proclaman los conservadores. Yo hablo del poder del amar con un corazón claro y en paz. Hermanito, el viaje también es político. Vé y preguntas la situación de indignación en esos países hermanos y ahí entenderás sobre la realidad pero aún mejor, tendrás oportunidad para hablar de la esperanza, de nuestro movimiento estudiantil, de los sueños de tu vida; plantea nuestra historia y dí que eres descendiente de gente que creyó y aún cree en los ideales de un titán llamado Jorge Eliecer Gaitán y que naciste en tierra de hombres guerreros, fuertes e inteligentes, por que es mas mi hermano del alma, eso eres, eso haz logrado demostrar.

Yo andé esos caminos con el corazón hecho fuego por que soñé en cada centímetro la integración de una sola patria. Aún lo sueño y cuando hablo de soñar no hablo de fantasías sino de POSIBILIDAD, y confio en estar vivo para verlo ser realidad, muchas cosas lindas ocurren por estos días, pareciera estar la gente al borde de un despertar. Recorres tu alma, recorres tu apellido, tu nombre, recorres tu patria, Macondo, la Grán Colombia. Caminas una tierra destinada a la grandeza mas alta que jamás haya conocido la humanidad, y por eso caminas un sueño latente.

Tu vida ha sido posible por que esta tierra existe.
Latinoamericano de pies a cabeza, Alístate para ver cosas mas grandes que esas que le producen vanidad a un hombre mortal.
Esos paisajes comenzarán a ser tuyos
parte de ti!
Has de saber que siempre lo han sido,
que tal vez ya estuviste ahí

y que simplemente vas a ir a recordarlos.

Vuela mi hermano del alma! vuela!

Que el rugir de tu corazón estremezca el silencio de los andes mientras asciendes. Que tu puño decore el cielo en lo más alto del Waina!

Que en tí sea la vida en plenitud y se avisore y se materialice toda alegría, toda fortaleza. Guerrero de luz. Tu armadura será forjada en titanio en este tiempo, durante este viaje.

Tus piés van por una cosa sagrada, mi Latinoamérica del alma. Anda con la frente en alto, Eres Maradona contra Inglaterra anotando cien goles, llevas en tu sangre el apellido mas lindo de todos: Colombia - Estado miembro de la Unión Latinoamericana (así debería comenzar a sonar, no crees?). Riego tu planta y la cuido, recuerda que eres mi hermano favorito y que te quiero como si fueras hijo de mi propia madre ;) No te olvides traer las semillas que te pedí, (las puedes encontrar en una placita de mercado en donde, Sr. Ingeniero, podrás ver cosas inimaginadas). La vida las oportunidades y las cosas que hay en ella son prestaditas pero tal vez sea eso una simple excusa de forma, desencripta ese tesoro hermoso que hay en los corazones de las gentes del campo. Dos segundos de eso hacen valer los mas de cinco mil kilómetros de recorrido, eso es Latinoamérica. Vuela!




lunes, abril 29, 2013

presentimiento

presintiendo
el sabor de uno de tus besos
pasas
como una brisa de estas en las que las hojas crocantes escapan haciendose como esferas sobre el asfalto
pasas y me tocas el olfato
sutil ebriedad de lo placentero
me devuelvo un poco
me pregunto, por qué?
y quedo
como cuando te acercan una cuchara con un bocado exquisito a la boca
y te lo retiran sin probar
con esa expresión como de medio desconsuelo
pero con la pregunta..
¿por qué?
la conciencia hace lo suyo
puedes no haber probado
puedes haber sentido apenas una brisa
un aroma
pero intuyes el sabor
y sabes que puede ser mas rico de lo que imaginaste
y ahí
llegas de nuevo
que otra cosa podría tener un sabor tán rico
¿qué sino su boca?

permítame transformar sus pasiones en tranquilidad
en un lago inalterable
llegue a mi apasionada
hecha un mar de leva
derrame en mi su ímpetu como si fuera cera de vela caliente
ó letal lava candente
y yo le prometo
multiplicarle en éxtasis
acercarla hasta un acantilado de alegría
y lanzarla
como si la ira me dominara
arrojarla sin compasión

y entonces
se sumerja ahí
con los ojos cerrados
mientras la abrazo
y le digo en caricias todo lo que he aprendido a quererla
permítame transformar sus pasiones en un río lleno de vida que ha encontrado el océano
la infinitud

le acabo de escribir una carta
sin detenerme
sin editarla
usted se vuelve una serranía por donde yo bajo como lo hace el agua
y
yo apenas y la interpreto
me basta ponerla en mi conciencia para encender las letras
con intuirla
me deleito en usted
como lo haría un Dios luego de una prodigiosa creación
y mas que deleitarme
la adoro
la adoro
como al mas irrefutable y misterioso milagro
la adoro



viernes, febrero 22, 2013

Ilona


"Fue entonces, a punto de llegar al borde del abismo, cuando ocurrió el milagro salvador.
Llegó cumpliendo un ritual que se cumplía en mi vida con tal puntual fidelidad, que no tengo más remedio que atribuirlo a la indescifrable voluntad de los dioses tutelares que me conducen, con hilos invisibles pero evidentes, por entre la oscuridad de sus designios.."

Ilona llega con la lluvia.


y Un homenaje al vacío















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